sábado, 30 de julio de 2011

ACTIVIDADES PARA ESTIMULAR LAS HABILIDADES PRELINGÜÍSTICAS EN EL NIÑO

1. ATENDER Y SENTARSE.
Estimular al niño para que preste atención a los sonidos, las voces, los objetos...

2. IMITACIÓN MOTORA.
La imitación es una forma muy efectiva y natural de aprender. Sin embargo hay algunos niños, como es el caso de los niños autistas, a los que hay que enseñar a imitar. Es mucho más fácil para el niño imitar acciones que sonidos, pero con la ayuda de la mamá o la terapeuta y de la utilización de diversos instrumentos, podemos conseguir que el niño imite los sonidos, ya que la utilización de los mismos es muy estimulante para ellos.

3. IMITACIÓN DE SONIDOS.
Su estimulación puede comenzar a iniciarse imitando sus propios sonidos, es decir, repitiendo sonidos que el niño ya sabe emitir.

4. PERMANENCIA DE LOS OBJETOS.
Debemos estimular en el niño la idea de que un objeto existe aunque no pueda verlo en ese momento. Podemos estimular esta función, utilizando objetos de apego como su biberón, su juguete preferido, algún alimento que le guste...

5. JUEGO FUNCIONAL.
Antes de que el niño comprenda el nombre de un objeto, debe tener la oportunidad de explorarlo y aprender que cada objeto tiene una utilidad diferente, por ejemplo, que una pelota no sirve para sentarse, sino para jugar...

6. ESPERAR SU TURNO.
Para aprender a comunicarse, un niño debe aprender desde muy temprano a esperar su turno durante un diálogo, aunque estos estén compuestos solo de gestos o sonidos ya que de esta manera el niño sigue secuencias en las que se alterna el turno con otras personas.
Su estimulación se puede realizar a través del juego con pelotas, colocando bloques, formando torres..., donde la mamá o la terapeuta, vayan alternando turnos con el niño, ayudándolo físicamente si no puede hacerlo solo, hasta que él vaya percibiendo la actividad.

7. COMUNICACIÓN INTENCIONAL.
Antes de que el niño comience a utilizar las palabras para comunicarse, no sólo debe tener una razón para hablar sino también formas de expresar sus deseos y sus necesidades. El niño comienza a darse cuenta de que su conducta tiene un valor comunicativo y puede ser utilizada positivamente para lograr resultados.
Para estimular esta función, se puede ayudar al niño tomando su manita para que nos muestre un objeto que desea o persona, señalándolo con su dedo y a la vez verbalizarle cuál es ese objeto o quién es esa persona.

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